La música de Irlanda y Escocia de los siglos XVII y XVIII centrará el nuevo concierto de Jordi Savall de este jueves en el Palacio de Congresos. Se trata de unas músicas tradicionales que han perdurado en el tiempo gracias a mecanismos de transmisión no escritos. Es un caso único en Europa Occidental, según explica Savall en el texto de presentación del concierto, «uno de los patrimonios más ricos y más bellos de todas las tradiciones musicales vivas de nuestro tiempo».

-¿De dónde surge su pasión por la música antigua?

-La música antigua tiene un ámbito extraordinario y tiene cosas muy bellas. También soy un apasionado de la recopilación de bienes antiguos como la viola de gamba y las músicas antiguas nos aportan novedades muy importantes.

-Estudiar la música antigua debe ser una tarea compleja.

-Requiere de mucho tiempo. Hay que profundizar en manuscritos antiguos de diferentes épocas y sobre todo practicar muchísimo.

-¿Tiene una máquina del tiempo para saber tanto de ella?

-No. Eso se puede hacer con la propia música, te da mucha información de cómo era la gente en cada periodo.

-Usted es ya un fijo cada año en la isla.

-Venir una o dos veces al año a la isla no es ningún milagro. Me hace mucha ilusión porque hay un público con el que tengo un contacto regular, que siempre está muy bien.

-¿Qué le atrajo de la viola de gamba?

-Era un instrumento olvidado completamente y que tiene unas características únicas. Tiene un sonido muy especial, una mezcla entre el laúd y el violonchelo y puede expresar la calidad de la música con gran emoción. Se toca de una forma muy particular, tiene tres trastes como los de una guitarra pero a su vez posee siete cuerdas. Tiene un repertorio fantástico. Hace 50 años cuando empecé a tocarla nadie lo interpretaba.

-Es compositor, director, intérprete, docente. ¿Qué campo le gusta más?

-Todo es complementario, si solo me dedicara a un campo de la música quizás me aburriría. Es muy divertido y así no caigo en la rutina. Poder cambiar de repertorio musical es lo maravilloso de este oficio.

-Ha publicado 120 discos y produce 140 conciertos al año. ¿De dónde saca el tiempo?

-Durmiendo muy poco. Por desgracia es el precio que pagas por hacer tantas cosas.

-Si tuviera que elegir una de entre todas las partituras que conoce, ¿con cuál se quedaría?

-No creo que pudiera escoger una partitura. Si tuviera que elegir algún compositor sería Bach o Monteverdi.

-¿Qué siente en el escenario?

-Cuando toco me fusiono con la música. Me da igual qué este pasando, me olvido de todo el resto. La música me transforma, tiene un gran poder.

-Como catalán que es, ¿cómo ve el referéndum para la autodeterminación?

-Creo que lo primero que hay que hacer es pedir a la gente qué quiere hacer. Hay que dejar votar en un referéndum y, después ver qué pasa. La primera condición es saber qué piensa el pueblo de Cataluña y después, es responsabilidad de todos cumplir los deseos de la mayoría.

-¿El hecho de ser catalán le ha cerrado las puertas alguna vez?

-A veces no ha facilitado las cosas. No creo que sea por ser catalán, pero el hecho de tener una Capella Reial de Catalunya no ha ayudado a que se pudieran hacer cosas en el Estado español tan a menudo como podría haber sido si se hubiera en su lugar se hubiera llamado Capilla Real de España.

-¿Cree que la cultura está maltratada en España?

-La cultura está olvidada y poco promocionada en España y se le da poca importancia. Es tradición y con la música aún peor, hay un campo que recuperar.