­La Ibiza Jazz Big Band sonará diferente este jueves (22 horas en el baluarte de Santa Llúcia). Diferente a todas las otras ocasiones en las que sus cerca de veinte músicos se han subido al escenario del festival Eivissa Jazz. Así lo asegura su director desde hace poco más de medio año, Santiago Pérez. «Le hemos dado un buen tute a la big band», afirma en uno de los pocos días sin ensayo de esta semana. «Yo vengo del mundo de los musicales, donse se hacen ensayos de seis horas cada uno, así que nos hemos puesto a trabajar duro», añade. Eso sí, garantiza que el esfuerzo ha merecido la pena. «El resultado es maravilloso», señala, confiado, pensando en el concierto con el que la Eivissa Jazz Big Band inaugurará este jueves a las diez de la noche el ´Eivissa Jazz 2014´.

«Yo no soy el único que lo cree así. Ellos, los músicos, están muy orgullosos de lo que han conseguido. Por más que yo los dirija, al final, los que tocan son ellos», continúa el director, que confiesa que no se lo ha puesto nada fácil a sus intérpretes. Pérez define como «muy chulo» el repertorio que tocarán en el festival, aunque reconoce que los arreglos son «comprometidos». No por polémicos, sino por lo «dificultosos» que resultan para los músicos, se apresura a matizar.

Pero esa complicación no es nada comparada con la que ha supuesto «juntar a una veintena de personas a la misma hora y en el mismo sitio para ensayar en pleno verano», ironiza el director. Bromas a un lado, el verdadero trabajo, en lo que se han esforzado en los últimos seis meses, ha sido en conseguir que esas dos decenas de músicos empasten, suenen a la vez, con la misma dinámica, con las articulaciones engrasadas, «como una locomotora». «Es en ese proceso en el que se crece», indica.

El director está convencido de que el resultado gustará al público que se concentre este jueves en el baluarte de Santa Llúcia. «Tocamos varios palos», adelanta. Entre las piezas que llevan semanas ensayando están la popular ´Agua de beber´, de Antonio Carlos Jobim, o ´A night in Tunisia´, de Dizzy Gillespie. Uno de los temas que Pérez cree que más sorprenderá a los asistentes es el arreglo de la sintonía de la hilarante serie de televisión ´Frasier´. «Sí, la del psiquiatra de la radio», comenta, riendo, el director, que señala que también han incluido un homenaje al compositor George Gershwin, del que tocarán tres temas.

Escoger los temas no ha sido complicado, han tirado del repertorio que ya tenía la formación. «Pero le hemos dado una limpieza y una buena capa de pintura. Hemos desmenuzado las piezas y les hemos sacado todo el jugo. Cuanto interpretas puedes quedarte en la superficie, pasar por encima, o hilar fino, ir a los detalles más mínimos y para sacar todo el jugo», indica el director

La big band no estará sola este jueves en el escenario. Y no porque después de la formación ibicenca actúen Los Mambo Jambo, que también, sino porque en algunos de los temas la arroparán las voces de Eva Cano y Nacho Lezcano. Ambos asistirán hoy al ensayo general del concierto, en el que, si todo sale como debe, músicos y cantantes no pararán ni una sola vez para recibir indicaciones. De la primera a la última nota del tirón. Como este jueves a las diez de la noche.

Biografía | Musicales, Alejandro Sanz y la Warner

Santiago Pérez, nuevo director de la Eivissa Jazz big Band, comenzó su formación musical en La Habana, en Cuba, y se graduó en la Manhattan School of Music de Nueva york. Buena parte de su carrera la ha desarrollado como director de musicales (´Guys and dolls´, ´Cabaret´, ´Cats´, ´La bella y la bestia´ y ´Chicago´, entre otros), aunque también se ha dedicado a la composición de temas para obras de teatro: ´La Gorgona sentimental´, ´Un tranvía llamado deseo´... También es autor de varias bandas sonoras de las atracciones del parque Warner de Madrid y dirigió a la Northwest Simfonia en el disco ´No es lo mismo´, de Alejandro Sanz.

Todo a punto para que comience el ´Eivissa Jazz 2014´

Ocho personas llevan dos días de intenso trabajo poniendo a punto el baluarte de Santa Llúcia para el ´Eivissa Jazz 2014´, según explicó ayer su organizador, Miquel Prats Botja. Sobre el escenario se levantará una estructura casi cuadrada (doce por diez metros) de la que colgarán las luces, destinadas «a crear ambientes más que a hacer florituras». Además, se han colgado 16 cajas Meyer Melody que dirigirán el sonido hasta cubrir toda la zona destinada al público. También están preparados los instrumentos con los que tocarán algunos de los músicos, entre ellos «un contrabajo extraordinario», apuntó el organizador.