La artista madrileña Loreto Pozuelo explica que toda su obra gira siempre en torno a sus «experiencias personales». Habla desde ella misma, desde su visión interior, desde lo que le pasa, desde los cambios que vive, pero al mismo tiempo intenta que cada uno «pueda hacer suyo» lo que ve. Así ocurre en la exposición que se presenta esta tarde en el Club Diario y que podrá visitarse hasta el próximo día 20, ´Cuando la noche se calza sus zapatos rojos´, en la que Pozuelo, que no asistirá a la inauguración, realiza un viaje en el que se enfrenta a cambios y se adentra, con inquietud y al mismo tiempo con esperanza, en situaciones nuevas.

«El cuadro principal [de la exposición], el nexo de unión de todos los demás, trata del viaje que hacen unos zapatos, que sería yo, a un bosque que es metafórico, que es una situación nueva, diferente. Se trata de un bosque de eucaliptos oscuro en el que si miras hacia arriba ves claridad. Esos claros son los anhelos que tienes ante una situación nueva, que aunque te es inquietante, te resulta esperanzadora porque promete nuevas cosas», explica la artista.

A partir de ahí, el resto de obras, hay un total de once, «hablan de todo»: De cambio personal, de lío de ideas, de lo que se deja atrás con nostalgia o de la fragilidad ante las nuevas expectativas. «Hay un cuadro de unos elefantes a los que hay que encontrar y que es un poco cómo tienes la cabeza en muchas ocasiones, liada. En otro hay una maleta o maletín amarillo que solo lleva como equipaje unas gotas de unas nubes comestibles. Ahí quiero hacer una metáfora: las gotas serían como la nostalgia, lo que dejas detrás, pero son de nubes, de algo rico, alegre, de manera que metes en tu equipaje algo que dejas detrás pero con la esperanza de encontrar cosas nuevas», comenta Pozuelo.

Las obras son principalmente «tapices» de gran formato -«por transporte no se han hecho con marco y llevan varilla, son como un tapiz», detalla-, «de 120x190 y de ahí para abajo», destaca la artista, que ha trabajado en ellos todo este año utilizando óleo, pan de oro y carboncillo. En esta última técnica hay una serie, llamada ´Frágil´, en la que se aborda «la fragilidad que se siente ante expectativas nuevas».

A pesar del gran tamaño de los cuadros, Pozuelo afirma que le habría gustado que fueran más grandes todavía, aunque no ha podido hacerlo por la distancia y el transporte. Otra espinita clavada es el no incluir escultura en la exposición: «Normalmente en mis exposiciones siempre mezclo escultura y pintura, porque se interrelacionan. Muchas veces la escultura explica la pintura que hago, y me gusta acompañarla. Mi primera idea fue esa, porque además el espacio da para ello», comenta la artista. No obstante, agrega que algunos de los cuadros «son como esculturas, serían incluso bocetos de posibles esculturas».

Pozuelo cree que su obra, «figurativa pero surrealista en la temática», quizás no impacte pero al menos sí hace pensar. «Juego con la imaginación, mi obra es un poco irónica también. Te paras delante y te pones un poco a ver qué he querido decir», señala. Precisamente a la hora de ponerse frente al cuadro, destaca que es muy importante leer el título de la obra porque «explica mucho» de lo que ella pretende reflejar. «Los títulos siempre tienen que ver con las obras; no es un 50%, pero sí importa mucho leerlos», resalta.