La IV edición de la Fira Marinera Medieval hizo su botadura ayer en Sant Antoni con la apertura del mercadillo y el inicio de un programa repleto de pasacalles, faquires, conciertos y exhibiciones de cetrería. La feria, que nació para ofrecer un atractivo más a los turistas que visitan el pueblo al final de la temporada, cuenta este año con el aliciente extra de la exposición de 12 embarcaciones clásicas totalmente restauradas de manera artesanal por mestres d´aixa, especializados en carpintería de ribera, que responden gustosos a las preguntas de los visitantes sobre su trabajo. Además realizan demostraciones en vivo de su trabajo.

Otro de los atractivos de la feria son los puestos del mercadillo, que ofrecen desde gastronomía a artesanía, pasando por fósiles o marroquinería y así hasta un centenar de paradas, de las que 37 son de Ibiza. No faltan las hierbas ibicencas o las muestras de artesanía de esparto. Los puestos de comida, donde se asan carnes y pescados en grandes parrillas, son, como cada año, los más concurridos por los visitantes.

La Fira Marinera Medieval continúa hasta el domingo con actividades que comienzan a las 11 de la mañana y finalizan sobre la medianoche con los espectáculos de fuego que ofrecen las compañías Malatich y Anymamundy.