Actriz, directora teatral y activista (es la diseñadora del famoso logotipo ´No a la guerra´ contra la invasión de Irak, de la que se cumplen justo ahora 10 años), Pilar Ordóñez ha escrito un manual de sexo poco convencional que, bajo el título ´MISs Tupper Sex´, compila aprendizajes y anécdotas de años de entrevistas con sus amigas. Conoce muy bien Ibiza y siempre regresa porque se siente «como en casa». «Tiene algo especial», confiesa. Si tuviese que diseñar un logo hoy sería un rotundo ´¡Basta ya!´. «Ya está bien de timarnos», subraya.

-¿Cómo surgió la idea de escribir ´MISs Tupper Sex´?

-Dirigía e interpretaba un espectáculo multidisciplinar con otras cuatro artistas en el que hablábamos de mujeres, de violencia de género, conciliación, sexualidad... Uno de los números de humor lo disfracé de tuppersex para poder hablar de temas como la píldora del día después o de la menopausia. Una empresa me patrocinó con todo tipo de juguetes. A partir de ese momento me propusieron llevar ese monólogo a universidades, centros culturales, institutos... ¡Ya llevo cuatro años con el monólogo! Se ha convertido en un tuppersex show.

-¿Su experiencia con los tuppersex fue la inspiración para este ´sexo manual para mujeres abiertas´ tal y como describe su libro?

-Después de llevar el monólogo a todo tipo de lugares con todo tipo de mujeres me di cuenta de que, básicamente, en este tema estamos todos exactamente igual de pez. Da igual que sean chavalitas de 18 años o mujeres de cuarenta y tantos. Todas tenían la misma necesidad y la misma inquietud por saber y por enterarse. De manera paralela comencé a hacer entrevistas a amigas mías actrices, cantantes, escritoras... Les pregunté cuáles eran las relaciones sexuales que más les satisfacían o las que no les gustaban nada... o cual había sido su experiencia sexual más heavy. Quería que me lo contasen con pelos y señales, que es lo que nos gusta leer a las mujeres. Todo esto lo grabé y lo he transcrito. Lo he respetado pero cambiando el nombre para que no se sepa quiénes son.

-¿Es un manual para aprender sobre sexo?

-Yo era la primera que tenía un montón de carencias en este tema. Me puse a investigar, hablé con terapeutas sexuales, con psicólogas, empecé a leer un montón de publicaciones al respecto y descubrí muchísimo, también de lo que me contaban otras mujeres. Doy trucos sobre la mayoría de productos que existen en el mercado para la sexualidad femenina. Hablo también de los lugares donde conseguirlos. Hasta ahora los sex shops eran lugares sórdidos, en los que una mujer se sentía fatal al entrar. A mí me patrocina Amantis, que tiene unas tiendas de un rollo muy neoyorquino y te atiende un personal estupendo y moderno. Es lo contrario a lo sórdido. La verdadera revolución femenina llegará cuando nosotras conozcamos nuestro propio cuerpo y nuestra sexualidad, porque nadie nos lo enseña. Tenemos que ser nosotras las que controlemos nuestras relaciones sexuales.

-¿Cuál es la principal carencia?

-Nos han supeditado al hombre a nivel sexual toda la vida. Han hecho que nuestra sexualidad esté única y exclusivamente al servicio del hombre. De ahí viene la prostitución, del hecho de que la mitad de la humanidad esté para servir a la otra mitad. Si todas fuéramos libres y ellos también, no se necesitaría pagar a nadie para que te solucione una necesidad que todos y todas tenemos.

-¿Por qué sigue siendo tabú para las mujeres hablar de la masturbación o de que consumen pornografía?

-Claramente a nosotras no nos han educado para el sexo, ni siquiera en el conocimiento de nuestro propio cuerpo. La menstruación sigue siendo tabú. Utilizando el humor, que es el mejor lubricante porque con él entra todo [risas], intento desmitificar todo esto. ¿Por qué no se puede hablar libremente de tampones y compresas en voz alta? Cuando te viene la regla de sorpresa parece que estás buscando a un dealer. Buscas a una chica y de dices susurrando: ´necesito un tampón, ¿me lo pasas?´ ¡Pero bueno!, ¡que no estamos pasando droga! Además todos los gobiernos entienden que es un artículo de lujo y cobran el 21% de IVA en todos los productos de higiene femenina como si nosotras pudiéramos elegir no tener la menstruación un mes porque hay crisis y recortes. En los vuelos transoceánicos te dan un neceser en el que viene de todo, incluso y por supuesto una cuchilla de afeitar, pero no hay ni un tampón ni una compresa. En un hotel de cinco estrellas tienes en el baño un montón de chorraditas pero no hay un tampón. Hay que ser consciente de ello y decidirse a hablar de estas cosas de una manera normal. Hay que normalizar la sexualidad femenina.

-¿Qué le ha sorprendido más en las conversaciones sobre sexo con mujeres?

-En un tuppersex dije que un elemento era para un cunnilingus y me respondieron ´¿qué?, ¿cómo? ¿qué es eso?´ También he comprobado que lo que es normal es la postura del misionero, lo que explica que solo un dos por ciento de las mujeres digan haber encontrado el punto G, ya que no se estimula con esa postura. Si nadie te explica dónde está y tu tienes una sexualidad tan parca nunca lo vas a encontrar. El punto G sí existe, aunque algunos digan que no. Estamos hablando de un mundo en el que todavía hay mujeres a las que se las somete a la ablación, se les corta el clítoris.

-¿El cine convencional, con esas escenas de sexo inverosímiles, ha contribuido al estereotipo?

-Todo ese cine está escrito y dirigido por hombres. Hay que intentar que aumente el número de mujeres que consiguen hacer cine como directoras, productoras o guionistas, que actualmente es de solo un 7%, para que se refleje en la sociedad cuál es nuestra mirada. Una secuencia de sexo filmada por una mujer para nada es como la pinta la pornografía. Las cuotas de mujeres son imprescindibles para poder entender el mundo bajo otra mirada. Tiene que haber dos miradas de todo: la mirada femenina y la masculina.

-¿Qué opina del auge de literatura erótica para mujeres con ejemplos como ´Cincuenta sombras de Grey´?

-Sin ahondar en si el ejemplo que citas es bueno o malo, lo que me interesa es el fenómeno. ¿Por qué un montón de mujeres, no solo en España sino en todo el mundo, están comprando esta trilogía? Realmente estamos destapando la caja de Pandora. Ha llegado un momento en el que las mujeres queremos tener derecho a nuestra felicidad en todos los aspectos y este es uno de los más importantes. Las que compramos libros somos nosotras, las que tenemos inquietudes somos nosotras... cuando sale una promoción universitaria las mejores notas las sacan las mujeres. Es pura estadística. Nos han vetado la información ancestralmente y ahora queremos saber, queremos enterarnos de qué va el tema. Es el momento del despertar.