­El pintor ibicenco Carles Guasch inaugura esta tarde en la sala de exposiciones del Ajuntament Vell de Formentera la exposición ´Seqüències III´, quince obras en diversos formatos que continúan un ciclo que comenzó en 2010 con su exposición ´Seqüències´ en el Museu de la Mediterrània de Torroella de Montgrí. En esta línea, Guasch se ha centrado en los últimos tiempos en trabajar las texturas, los relieves, «para darle un poco más de fuerza a la composición», explica, mientras que la paleta de colores, el cromatismo de la obra, «oscilan ente los azules y los grises con una aportación de colores cálidos, como el rojo, que le da esa calidez al frío del azul», añade el artista, que se mueve en los contrastes de colores fríos y cálidos.

A pesar de que es uno de los pintores más activos de las Pitiusas, Guasch no se define a sí mismo como muy disciplinado y rutinario en sus horarios. «A veces voy al estudio y no pinto sino que observo y eso es también un trabajo, porque estás preparando lo que vas a hacer al día siguiente», explica, y añade que su estudio, lejos de parecer un quirófano, es bastante caótico. «El desorden de uno mismo, ese que nadie entiende salvo uno mismo, te crea seguridad, es un orden personal dentro de un desorden», reflexiona el pintor.

En esta tercera entrega de su serie, Guasch presenta sobre el lienzo unos elementos que se repiten «pero no con unas coordenadas establecidas, sino que forman una armonía dentro de un desequilibrio, un orden armónico dentro de un desorden formal», reflexiona. «Lo que se consigue con un estilo propio es superarlo, poco a poco. En el fondo estás siempre innovando, pero siguiendo una manera de expresión formal», añade el creador.

En esta línea, la escritora Helena Alvarado apunta sobre la obra de Guasch: «Cada nuevo cuadro, como en una sinfonía, tiene la virtud de recordarnos o de hacernos revisitar el anterior y, al mismo tiempo y sin olvidarlo, de sugerirnos nuevas propuestas en la búsqueda de una constante reapropiación y en la difícil reelaboración del decir más con menos y en la construcción de un espacio plástico propio, pulcro e insinuante». Alvarado alaba «la fina belleza de sus equilibrados blancos y azules, que se enriquecen con la fuerza de los esgrafiados y con incursiones cromáticas».

La obra de Carles Guasch se ha podido ver dentro y fuera de las Pitiusas en numerosas ocasiones. Hay cuadros suyos en el Museo de arte contemporáneo de Salamanca, en el Ateneu de Barcelona, además de en la Fundación la Caixa, el Consell de Ibiza el Ayuntamiento de Santa Eulària, la fundación Fraçado de Milán, la colección de arte de la CAM, la fundación Sa Nostra y en numerosas colecciones privadas.